Indicios

Hemos salido a buscar las primeras huellas del tiempo que ha de venir. Febrero, si las temperaturas son benignas, nos regala un vislumbre de primavera.

Florecen los almendros y en ese suceder hay algo que sorprende. Algo inesperado.

Cada año visitamos la misma quinta en estas fechas. Nos tumbamos en una pradera arbolada, contemplamos ese prodigio de las ramas en flor contra el azul. Y cada año es distinto. Cambia el terreno, ahora más abrupto, cambia nuestro ánimo, cambian también los pájaros, hoy tórtolas y cotorras, ayer gorriones. Nada es como recordábamos si lo observamos con detenimiento. En la naturaleza la tradición es pura apariencia.

En un baño de bosque aceptamos ese juego de lo inconstante e incluso lo celebramos. El sendero se borra bajo los musgos y donde antes hubo un vado ahora el riachuelo se rebela.

Busca otro sendero, descálzate para cruzar el río, no te resistas al cambio. También esos indicios pueden leerse en ti este febrero.

También tú eres un indicio del porvenir.